sábado, 27 de octubre de 2012

“¡Ánimo, levántate!”

En el evangelio de este domingo, la curación del ciego Bartimeo el énfasis que pone Marcos en el papel mediador de los discípulos orienta especialmente la misión mediadora de la Iglesia, la cual debe estar atenta a las personas que, como el mendigo ciego, sufren enfermedades, ceguera física y espiritual, marginación, desempleo forzoso y pobreza. Hacia todas ellas los creyentes estamos llamados a decir una palabra de aliento y de esperanza, abriendo caminos inéditos de solidaridad, que conduzcan al encuentro salvador con Jesús. “¡Ánimo, levántate!” debe ser también nuestra palabra en este momento crítico de la historia. En España, durante esta semana, el desempleo ha llegado al 25% de la población activa, el número de familias en las que ya no tiene trabajo ninguno de sus miembros llega al millón, la pobreza avanza a ritmo galopante y la desesperación de un desahuciado expulsado de su casa ha terminado en suicidio. Esta sociedad está verdaderamente ciega. La Iglesia está comprometida con los pobres, especialmente desde Cáritas, el brazo amoroso de toda la Iglesia que atiende a los que ya nadie hace caso. Como creyentes hemos de activar también una respuesta múltiple en la Iglesia para que ejerza su verdadera misión mediadora, que permita dar una nueva visión de la situación de pobreza, de miseria y de marginación que predomina en nuestro mundo. Es preciso urgir el análisis riguroso de las causas estructurales, así como la toma de conciencia de la situación crítica a nivel social y económico, sin olvidar en ningún caso la intervención directa y urgente, solidaria y rehabilitadora de la dignidad de los últimos, de los ninguneados y de los marginados. 


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